La “Reserva Antropológica Cuevas del Pomier”, localizadas en la Sección
Borbón, de la provincia de San Cristóbal es la única área protegida concebida
específicamente para la protección de un ecosistema subterráneo y constituye el
legado prehistórico más importante de las Antillas, con más de 6,000 pinturas
prehistóricas y alrededor de 500 grabados rupestres, lo que ha llevado a
expertos internacionales a comparar su importancia para la región del Caribe
con la que tienen las pirámides egipcias para el Oriente Medio, o las Cuevas
Altamira y Lascaux para Europa, ya que tan sólo en la Cueva Número Uno de esta
reserva hay 590 pictografías, que es una cantidad superior a todas las
manifestaciones rupestres de las Antillas Menores.
Fueron declaradas como Monumento Nacional mediante la Ley No. 492 del 27 de
Octubre de 1969. Quedaron igualmente protegidas bajo el decreto 297-87, del 3 de
Junio de 1987, que declara todas las cuevas del país (con interés cultural y
natural) como Patrimonio Natural de la Nación Mediante el decreto 295-93 del 2
de Noviembre de 1993, fueron incorporadas al Sistema de Áreas protegidas de la
república bajo la jurisdicción de la Dirección Nacional de Parques, denominando
el área como Reserva Antropológica Cuevas del Pomier y estableciendo dos
polígonos de protección que abarcaban trece cuevas.
Estos polígonos fueron ampliadas para extender la protección incluyendo las otras 37 cuevas descubiertas durante los trabajos de investigación realizados en los años 1994, 1995 y 1996 con los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (1994) y la Fundación Jonh D & Catherine T Macarthur de los estados Unidos (1995-96). Esta ampliación realizada al amparo del Decreto 233-96, incluye parte del río Nigua, colocándolo dentro de la reserva para lograr salvarlo de la depredación ocasionada por la extracción de agregados.
Estos polígonos fueron ampliadas para extender la protección incluyendo las otras 37 cuevas descubiertas durante los trabajos de investigación realizados en los años 1994, 1995 y 1996 con los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (1994) y la Fundación Jonh D & Catherine T Macarthur de los estados Unidos (1995-96). Esta ampliación realizada al amparo del Decreto 233-96, incluye parte del río Nigua, colocándolo dentro de la reserva para lograr salvarlo de la depredación ocasionada por la extracción de agregados.
La categoría de "Reserva Antropológica"
El Espeleogrupo
de Santo Domingo sugirió en 1993 la categoría de “Reserva
Antropológica” par las cuevas del Pomier, sujeto al manejo sugerido por la
Unión Internacional para la conservación para las áreas que aún conservan interés
indigna y poblaciones indígenas con las que se trabajan para su conservación.
Lo que permite manejar dichas áreas con la presencia humana sin que haya
necesidad de moverlas de su sitio, puesto que su sola presencia es también de interés.
Las categorías establecidas por la UICN habían sido adoptadas por la Dirección
Nacional de Parques. Actualmente ya no sabemos a qué atenernos.
Otros elementos de la reserva
Además de contener una singular colección de pictografías y Arte Rupestre Precolombino,
estas cuevas son refugio de grandes poblaciones de las 18 especies de
murciélagos existentes en la república Dominicana. Estos mamíferos, de gran
importancia ecológica, ya que controlan las plagas de insectos, contribuyen a
la reforestación dispersando semillas de las frutas silvestres que consumen,
actúan como agentes polinizadores, aumentando la producción de las plantas maderables
y medicinales silvestres y de algunas especies de cultivo. Por otro lado, bajo
el área de la reserva, se encuentran un sistema hídrico subterráneo de
considerable importancia que es originario del resurgente acuífero conocido
como La Toma.
Las cuevas el Pomier contienen un conjunto de Artes rupestres indígenas de
tal significación para el Patrimonio Mundial que organismos de renombre como el
Comité Internacional de Arte rupestre de la UNESCO (OCOMOS-UNESCO), la Unión
Internacional de Espeleología (UIS), la Federación Internacional de
Organizaciones del Arte Rupestre (IFRAO) y la Federación Francesa de
espeleología, mantienen una campaña mundial cuyo objetivo es lograr que el
sistema de cuevas de el Pomier sea declarado por la UNESCO como Patrimonio de
la humanidad, lo que contribuiría grandemente a la promoción del país en el
exterior.
El Espeleogrupo
de Santo Domingo sugirió en 1993 la categoría de “Reserva
Antropológica” par las cuevas del Pomier, sujeto al manejo sugerido por la
Unión Internacional para la conservación para las áreas que aún conservan interés
indigna y poblaciones indígenas con las que se trabajan para su conservación.
Lo que permite manejar dichas áreas con la presencia humana sin que haya
necesidad de moverlas de su sitio, puesto que su sola presencia es también de interés.
Las categorías establecidas por la UICN habían sido adoptadas por la Dirección
Nacional de Parques. Actualmente ya no sabemos a qué atenernos.
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